viernes, 2 de septiembre de 2011

TARTA PARA CELBRAR UN ANIVERSARIO


Esta tarta la hice para la cena que prepara mi amiga para conmemorar el aniversario de la muerte de su marido.

Ya se que puede sonar un poco raro y sádico, dado nuestra costumbre de hacer una misa en honor al difunto y ya está. Pero todo tiene una explicación.
Ellos descienden de familia mexijana y argentina. Os quiero poner un poco en situación.

Para los aztecas la muerte no era el final de la vida, sino simplemente una transformación.
Creían que las personas muertas se convertirían en colibríes, para volar acompañando al Sol, cuando los dioses decidieran que habían alcanzado cierto grado de perfección.
Los aztecas no enterraban a los muertos sino que los incineraban.

Cada año, en la primera noche de luna llena en noviembre, los familiares visitaban la urna donde estaban las cenizas del difunto y ponían alrededor el tipo de comida que le gustaba en vida para atraerlo, pues ese día tenían permiso los difuntos para visitar a sus parientes que habían quedado en la tierra.

El difunto ese día se convertía en el "huésped ilustre" a quien había de festejarse y agasajarle de la forma más atenta. Ponían también flores de Cempazúchitl, que son de color anaranjado brillante, y las deshojaban formando con los pétalos un camino hasta el templo para guiar al difunto en su camino de regreso a Mictlán.

Cada uno de los familiares lleva una ofrenda al difunto que se pone también sobre el altar. Estas ofrendas consisten en alimentos o cosas que le gustaban al difunto: dulce de calabaza, dulces de leche, pan, flores. Estas ofrendas simbolizan las oraciones y sacrificios que los parientes ofrecerán por la salvación del difunto.

Espero haber contado bien la historia, si no fuera así que alguien me lo diga y lo corrijo.

Y hecho este paréntesis, espero que ahora comprendáis la importancia de esta celebración para ella. No fue el día de los difuntos, sino el día del aniversario de la muerte de su marido cuando lo celebramos.

Yo sabía que le iba a hacer mucha ilusión el que yo pensara en regalarle una tarta para su celebración de aniversario.

Aún con las penurias de trabajar el fondant en esa tierra con tanta humedad, la zona de Alicante, me animé a hacerlo y darle la sorpresa deseada en silencio. Ella ha sido una de las principales fans de mis tartas, siempre animándome a seguir haciéndolas y dándole la enhorabuena por ello.

Mandé imprimir una foto de Karim que tenia de los campeonatos de ping pong que se celebraron en la urbanización en memoria de su marido.

Hice un bizcocho de naranja con forma de corazón, lo rellené de chocolate negro y chocolate con leche, lo cubrí con una capa de chocolate negro y después con fondant.

Intenté ir adelantando trabajo haciendo las florecillas pequeñas unos días antes, pero cual fue mi sorpresa, que cuando fui a por ellas estaban todas pegadas y blandurrias y al cogerlas se me deshacían entre los dedos.... por lo que me tocó ir haciéndolas en el momento de decorar la tarta.

Cuando mi hija vio la tarta me dijo: Mamá te a quedado muy al estilo de Ana. Le pega muy bien. Yo también lo creo. Pienso que acerté de lleno.

Le puse un volantito todo alrededor, pero como no había forma de que se secara le puse palillos para sujetarlo. El fondant lo llevaba hecho de mi casa, Castilla, ambiente seco, pero en la zona de la costa no funciona. Tendría que llevar menos glicerina y creo que más azúcar. Pero bueno, al final todo salió bien, aunque pillé otro día de mucho calor y demasiada humedad en el ambiente.

Cuando acabé la tarta no sabía dónde guardarla. Si la metía en el frigo se condensaría la humedad y se me llenaría de gotitas de agua, lo cual afearían bastante el aspecto, pero por otro lado si la dejaba fuera se me medio derretiría el fondant. Al final opté por meterla dentro del armario pensando que haría algo, pero ante la desesperación había que intentarlo.

Llegó la hora de entregar la tarta a su destino. Cuando mi amiga la vio creo que le gustó mucho, lo digo por la cara de satisfacción que se le puso en ese momento y el beso y abrazo que me arreó......

Pusimos la tarta al lado de la foto de Karim y junto al ramo de flores que allí había. La mesa con velas, en el suelo un gran corazón hecho con velitas....
La tarta parecía otra vela más, porque entre el calor que hacía y el calor que daban las velas... parecía que iba a deshacerse en cualquier momento.

Lo malo de las fotos en las tartas es que da pena comerlo, así que fuimos repartiendo la tarta dejando el corazoncito con la foto, sin tocar. Pero al día siguiente nos lo terminamos.....

A pesar de todas estas calamidades, pienso que todo salió muy bien y que la tarta gusto mucho....

Comimos todo tipo de dulces, lo justo para la dieta. Pero bueno en vacaciones todo se perdona.










1 comentario:

Ana Kanán dijo...

Gracias amiga, la tarta quedó de mi estilo!!! Creo que a Karim le encantó...y a todo el mundo, al final tanto esfuerzo y sufrimiento dieron los resultados obtenidos, todos los invitados comentaban encantados, daba pena comerla... pero no quedó nadaaaaaaaa

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